La mentira del depósito

El miedo a lo desconocido y los comentarios contrarios de amigos, compañeros de trabajo, etc, han provocado en el ahorrador un rechazo a distintas alternativas de ahorro más eficientes que el tradicional depósito bancario.

Uno de los mayores equívocos que existen entre los inversores consiste en pensar que en los momentos en los que hay que retirarse del mercado – o esperar a que surjan oportunidades de inversión – la mejor opción es invertir el dinero en depósitos. Esta opinión no sólo es equivocada sino que puede ser incluso contraproducente.

Se podría discutir sobre la rentabilidad , pero hay otros dos argumentos que son indiscutibles: los relativos a la fiscalidad y a la disponibilidad del dinero (liquidez).

Respecto a la fiscalidad, el equívoco se basa en el planteamiento de que al final siempre se paga el 19% (21% en el caso de que los rendimientos sean mayores de 6.000€) sobre los beneficios obtenidos, sea cual sea el producto financiero con el que se han generado. Esto no es del todo cierto. Cuando se invierte, por ejemplo, a través de fondos de inversión, es el inversor decide cuando paga, y la ventaja de tener esta posibilidad no está solo en saber que decide uno y no Hacienda, sino que esta posibilidad puede disminuir considerablemente la factura fiscal final.

Los fondos de inversión tienen otra ventaja evidente frente a los depósitos: la liquidez. Si invertimos dinero en un depósito, por ejemplo, a un año y resulta que al cabo de 6 meses empiezam a subir los mercados, tendremos que esperar otros 6 meses antes de poder invertir y participar en esa subida, y 6 meses en bolsa es mucho tiempo. Por ejemplo, en una recuperación bursátil las mayores subidas se producen normalmente en los primeros meses/semanas de la misma. En ese caso podría deshacer el depósito, pero las comisiones de cancelación anticipada reducen significativamente la rentabilidad pactada.

Finalmente, está el tema de la rentabilidad. El equívoco en esta ocasión parte de la base de que si los tipos están altos poco se puede hacer para batir la rentabilidad de los depósitos sin asumir riesgos muy superiores. Esto es olvidar que los mercados de crédito y monetarios están estrechamente interrelacionados. Con los tipos de interés al 1%, si una entidad nos está ofreciendo un 3% ó un 4% es porque estamos asumiendo un riesgo (aunque no lo percibamos).

  • Un fondo monetario que tenga comisiones muy bajas puede dar una rentabilidad parecida a un depósito.
  • Otra forma de superar a los de los depósitos es invertir en fondos de retorno absoluto. Son productos que tratan de batir índices monetarios (euribor, eonia, ..) cuyo mayor riesgo está en que no alcancen la rentabilidad esperada, no que pierdan.
  • Los fondos de renta fija – que incluyen en sus carteras bonos con un cupón fijo –  es otra opción de superar a los depósitos y más si buscamos fondos de renta fija a corto/medio plazo.


    Pongamos un ejemplo:

    1. El Sr. Alonso invierte en un depósito al 4% 50.000€, inicialmente lo hace para 3 años pero, al final, como no necesita el dinero mantiene la inversión durante 10 años (reinviertiendo los intereses que le genera el depósito de forma anual). A los 10 años, la rentabilidad neta (descontados impuestos) sería de 18.778,07 € (suponiendo que la rentabilidad del 4% se mantiene).
    2. La Sra. García, prefiere invertir en un fondo de inversión de renta fija 50.000€ (cuya rentabilidad no está garantizada) porque no va a necesitar el dinero en bastante tiempo. Si suponemos una rentabilidad media igual a los depósitos (4%), a los 10 años el cliente tiene una rentabilidad neta de 18.969,65 €, muy similar a invertir a través de depósitos. Pero la rentabilidad esperada de este tipo de fondos a tan largo plazo normalmente es superior:
      • Si suponemos una rentabilidad media del 5%, la rentabilidad neta sería de 24.841,33 €. (6.000 € más).
      • Si suponemos una rentabilidad media del 6%, la rentabilidad neta sería de 31.238,50 € (casi 13.000 € más)
    Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...