En los últimos años hemos escuchado que lo más seguro era invertir en vivienda y que la bolsa no era rentable ni siquiera en el largo plazo.
La vivienda era considerada un activo seguro, que siempre se revalorizaba y que era el mejor patrimonio que podíamos tener (como dice un lector Spain is different). Hasta que explotó la burbuja inmobiliaria.
La bolsa, aunque era considerado un mercado arriesgado, era aceptado por aquellos inversores/ahorradores que querían colocar su dinero y rentabilizarlo en el largo plazo. Hasta la crisis de 2008, que ha provocado un rechazo a todo lo que sea mercados bursátiles por parte de la mayoría de inversores particulares. Incluso, antes de 2008, los inversores se decantaban por invertir en vivienda como lo hicieron en empresas de internet antes de la crisis punto.com.
La siguiente tabla refleja la rentabilidad anual de la vivienda en España y la rentabilidad anual del Dow Jones (bolsa americana) desde 1991.
(Los datos de la vivienda son de la Sociedad de Tasación)
En las partes sombreadas aparecen los años en los que tanto la vivienda como el Dow Jones se comportan de forma positiva durante varios años consecutivos.
La rentabilidad de la vivienda en España es de un 171% durante el periodo analizado
La rentabilidad del Dow Jones es de un 339% durante el periodo analizado.
(para aquellas inversiones realizadas 31-12-1990 y valoradas a 31-12-2010)
Aunque en vivienda los inversores suelen hacer su inversión de una sola vez pero en bolsa, normalmente las inversiones se hacen de forma periódica. Vamos a poner el caso de un inversor que el 1 de Enero de cada año invertía 10.000 € en el Dow Jones (a partir de 1991) y otro inversor que invirtió 10.000 € todos los años pero a partir del 1 de Enero de 2001.
Ambos inversores hubieran obtenido rentabilidades positivas. Ahorrando de forma periódica, diluimos el riesgo ya que habrá veces que compremos cuando los mercados estén en máximos y otras en mínimos, con lo que evitamos equivocarnos en el momento de entrada, si invertimos de una sola vez. El efecto coste medio se puede observar en este gráfico del Dow Jones:
Por tanto, no es cierto que aquellos que han invertido en bolsa tienen lo mismo que hace 10 años ( a no ser que lo hayan invertido de una sola vez, cosa que rara vez se hace).
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